Pascuas con calor. Parecía más junio que abril. Mucha gente y tradición . Vamos, una Pascua de manual, de libro. El río lleno, el pueblo, lleno y las procesiones del Jueves y Viernes Santos. Y al final, para rematar, LAS CORTESÍAS. El encuentro entre la Madre y el Hijo resucitado. Los quintos sacan a la Virgen, mientras el Cristo en la cruz ha dado la vuelta "corta". El encuentro se produce en el lateral de la plaza donde está la casa del cura. Allí, los quintos han levantado una pequeña estructura de ramas, la gente lo conoce como "la enramá". Y bajo ese palio de ramas, un "quinto" ( o una "quinta") mueve con su mano derecha un cirio. Son movimientos circulares, otros de subida y bajada . No se sabe muy bien qué querrán significar; pero seguro que tienen su "aquél". La acción se repite en varias ocasiones y de una a otra la imagen de la Virgen avanza unos pasos hasta que en el último de los movimientos ambas imágenes, la del Cristo y la de su madre se encuentran a poca distancia. Para acabar una niña, vestida de comunión es izada hasta que puede llevar de la cara de la Virgen un velo negro que le cubre la cara. El reencuentro ha terminado.
